Agricultura Ecológica, concepto y objetivos

La palabra “agricultura” se refiere aquí a todas las técnicas que se emplean para proporcionarle a las plantas las condiciones ideales para que manifiesten su potencial y cumplan con la función o utilidad que se ha previsto. 

Ya sea producir alimentos, materias primas para el procesamiento de otros productos, protección de superficies, seguridad de áreas, superficies para práctica de deportes y recreación, embellecimiento y ornato, entre otras.

Las técnicas agrícolas se pueden agrupar en dos grupos: 

1) Las técnicas de preparo de suelo
2) Las técnicas del cultivo de plantas

La Agricultura Ecológica, también llamada Agroecología, es la aplicación practica de la ciencia de la Ecología. Utiliza el conocimiento acumulado de diferentes áreas del conocimiento como la Biología, Botánica, Fisiología Vegetal, Entomología, Ciencias de Suelo, Climatología, Irrigación y Drenaje, Topografía, entre otras.

La Agricultura Ecológica contempla los efectos que causa sobre los recursos naturales y el medio ambiente, abarcando desde el procesamiento, la comercialización y los desechos que se puedan generar, por su reciclaje y la minimización de la contaminación que eventualmente pueda ocasionar.

La Agricultura Ecológica busca volver a conectar a productores y consumidores a través de una economía circular, el desarrollo económico local y los mercados locales. 

Reformular los sistemas alimentarios sobre la base de los principios de la economía circular puede ayudar a hacer frente al desafío del desperdicio mundial de alimentos al acortar las cadenas de valor de los alimentos y aumentar la eficiencia en el uso de los recursos.

Existen diferentes tipos de Agricultura Ecológica como: agricultura regenerativa, agricultura biológica, agricultura orgánica, agricultura biodinámica, agricultura natural, agricultura conservacionista y agricultura biointensiva, entre otras.

En cada uno de estos tipos de Agricultura Ecológica que se indican arriba se utilizan principios y técnicas específicas comunes. Uno de estos principio es la obtención de alimentos sanos y nutritivos, trabajando con respeto al medio ambiente. También se intenta proceder haciendo uso sostenible de los recursos naturales. Además, la conservación y el manejo adecuado del suelo y la utilización racional del agua, sin el empleo de productos químicos sintéticos.

La Naturaleza un modelo a seguir

En algunos sistemas de producción agroecológica se toma como modelo a la misma naturaleza, extrayendo de ella toda la información posible. En este sentido se busca combinar esta información con los conocimientos teóricos, técnicos y prácticos existentes, así como con las experiencias acumuladas y lo autóctono de cada región. 

También se busca recuperar las variedades de plantas y las razas autóctonas más apropiadas a las condiciones de cada zona. Y la adaptación a los ciclos de cultivos determinados por el clima y el suelo, en aras del aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.

Esto no significa, como algunos pretenden hacer ver, que se trate de volver a la agricultura del pasado. Los conocimientos científicos y técnicos actuales permiten comprender la razón de ser de las técnicas tradicionales, permitiendo su mejora y su justa aplicación.

El no uso de agroquímicos

La Agricultura Ecológica apunta al no uso de los agroquímicos, en parte porque los abonos químicos empleados por la agricultura industrializada contaminan las aguas dulces. Los nitratos alcanzan las aguas subterráneas, haciéndolas inapropiadas para el consumo humano. Los fosfatos y nitratos contaminan las aguas superficiales, originando su eutrofización o muerte biológica. Y más recientemente, se han encontrado insecticidas y otros venenos químicos en las aguas de consumo humano.

En los cultivos hortícolas de tomate y pimentón, durante la fumigación con agroquímicos para el control de plagas y enfermedades, los los frutos están expuestos. Estos agroquímicos en su mayoría son tóxicos para los seres humanos.

Estos frutos expuestos a los agroquímicos, posteriormente los agarramos con las manos cuando los compramos. En algunos casos, aún lavándolos, les queda residuo del químico a los frutos. De esta manera, cuando los injerimos se acumulan en nuestro organismo y eventualmente nos causan síntomas de envenenamiento, algún tipo de alergia o malestar.

Los abonos e insecticidas también se acumulan en el suelo envenenando a los microorganismos que son la base de la vida del suelo. Estos también contaminan las aguas aún después de varios años de haberlos aplicado.

No al Calentamiento Global

La agricultura ecológica también apunta a la eliminación de prácticas que implican elevados consumos de energía. Se busca no contribuir con el calentamiento global. Algunas de las prácticas es no usar abonos e insecticidas de síntesis química. Asimismo, no se utilizan semillas de variedades o híbridas producidas en zonas lejanas. Se disminuye considerablemente la mecanización exagerada y otras muchas técnicas de la agricultura industrial.

La agricultura ecológica es un sistema de producción, que tiende no solo a contemplar los aspectos ecológicos que implican las problemáticas arriba descritas. También considera el mejoramiento de las condiciones de vida de sus practicantes. Busca constituirse en un sistema ecológico y social económicamente sustentable.

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