Permacultura Bosque de Alimentos

En el diseño de la permacultura, un bosque de alimentos es un sistema en el que se siembran múltiples capas de árboles y plantas para la producción sustentable de alimentos y materiales útiles como madera,  fibras entre otras. Siguiendo el comportamiento natural, la estructura y funciones de un bosque natural. 

El bosque de alimentos tiene como objetivo crear un ecosistema productivo y autosuficiente que requiere de pocos cuidados. Que sea capaz de suministrar una gran cantidad de alimentos y materiales útiles, de manera permanente y respetuosa con el medio ambiente. 

El diseño del bosque de alimentos se basa en principios de la permacultura, la agroforestería y la agricultura regenerativa, entre otros. Se imita a los bosques naturales y a los ecosistemas forestales. 

Se caracteriza por incluir múltiples capas de especies vegetales distintas, con el objetivo de conseguir una producción continua de alimentos y de materiales de una manera permanente con un bajo mantenimiento.  

En el diseño se combinan tres grupos de especies de árboles y plantas que se diferencian por el objetivo de su función en el bosque y lo que producen.

Los bosques de alimentos pueden ser diseñados para adaptarse a diferentes climas, topografía y suelos. Pueden ser utilizados tanto para producción doméstica como para la agricultura comercial. 

Según los principios de diseño de la permacultura, un bosque de alimentos además de producir alimentos y materiales útiles, crea beneficios como:

Para elaborar un diseño de un bosque de alimentos según la Permacultura se deben considerar varios factores como los citados a seguir: 

La ubicación 

La ubicación del bosque de alimentos es uno de los factores más importantes a considerar en su establecimiento, ya que afecta directamente la productividad y supervivencia de las plantas seleccionadas. 

Por ello, es importante evaluar el clima de la región, asi como la topografía, la altitud y el suelo de las parcelas de la propiedada donde se desea establecer el bosque de alimentos.

En relación a las condiciones climáticas de la región debemos considerar la temperatura, precipitación, humedad relativa, viento, insolación en las diferentes épocas del año. 

En relación a las características específicas de las parcelas de terreno debemos considerar la topografía que puede influir en la disponibilidad de agua, la exposición a los vientos fuertes y la posibilidad de erosión. 

Las características del suelo que determinan la disponibilidad de nutrientes y la capacidad de retener agua. Así como la altitud a la que se encuentran las parcelas donde se establecerá el bosque de alimentos.  

También se deben tomar en cuenta otras características naturales del lugar, como la presencia de arroyos, ríos, montañas, vegetación y plantas existentes, entre otros. 

En el Estudio del uso potencial de la propiedad podemos encontrar la información sobre las características y condiciones de la propiedad, las parcelas de tierra que la conforman y la región en donde se encuentra. 

En el Estudio del uso potencial cada parcela es clasificada por presentar unas características y condiciones homogéneas. 

Para cada una de las parcelas, de acuerdo al uso propuesto más adecuado, se generan recomendaciones técnicas en lo que se refiere a:


La información levantada en esta etapa es organizada y será considerada para la siguiente etapa que es la Selección de especies de plantas que pueden ser cultivadas con éxito en el bosque de alimentos.

Las especies de plantas

Es importante seleccionar cuidadosamente las especies que pueden ser utilizadas en el diseño del bosque de alimentos.

La identificación y selección debe considerar: 


La cantidad de plantas de cada especie que serán sembradas va a depender de la cantidad de alimento que se quiere producir y de la productividad de cada especie de planta. Y de las diferentes formas de procesamiento de los alimentos que se puedan utilizar para almacenar los excedentes de la producción en un determinado momento.

Preparación del suelo

La preparación del  suelo se debe realizar según las recomendaciones técnicas del Estudio del uso potencial de la propiedad y de las necesidades específicas de cada especie de planta, utilizando las técnicas de conservación y regeneración del suelo más adecuadas.

Las técnicas de conservación y regeneración permiten mantener la salud y fertilidad del suelo, previenen la erosión, mejoran la productividad y sostenibilidad del bosque de alimentos.

Entre las técnicas de conservación y regeneración del suelo que podemos utilizar están:

Las plantas generan la materia orgánica que alimenta el suelo, a través de los microorganismos se descompone y transforman la materia orgánica en humus haciendo al suelo rico y fértil mejorando su capacidad de almacenar el agua y darles así vida a las plantas, es una dinámica perfecta donde el bosque genera todo lo que necesita.

Es importante tener en cuenta que la preparación del suelo es un proceso continuo que debe ser monitoreado y ajustado a lo largo del tiempo para garantizar la salud y la fertilidad del suelo.

Debemos preparar el suelo para cada especie de planta considerando las necesidades específicas de  profundidad, estructura, textura y nutrientes del suelo. Una buena preparación del suelo permitirá que las especies de plantas puedan crecer y prosperar en un ambiente que favorezca su salud y productividad a largo plazo. 

La evaluación y el monitoreo continuo del suelo, así como la aplicación de técnicas de conservación, son fundamentales para mantener la salud y fertilidad del suelo en el tiempo.

Diseño en capas

El diseño en capas de un bosque de alimentos según la Permacultura se basa en la siembra de plantas de diferentes alturas, desde los árboles más grandes hasta las plantas más bajas, lo que permite un uso óptimo del espacio, la luz solar y de los recursos disponibles.

Hay plantas que necesitan varias horas de sol directo para producir bien generalmente de 5 horas a más otras pueden crecer y producir bien a la semisombra recibiendo sol directo de 2 a 5 horas mientras que hay plantas que van a estar muy felices en los lugares más sombríos del bosque comestible

A seguir una breve descripción de cada una de las capas que conforman un Bosque de Alimentos. En cada capa se incluyen plantas de diferentes funciones que se complementan entre sí y que son capaces de sobrevivir y crecer en el mismo espacio: 

Capa superior: La capa superior está compuesta por los árboles más grandes, que pueden medir mas de 10 metros. Y por árboles más pequeños que miden entre 4 a 10 metros que su mayoría son frutales. Los árboles mas grandes son capaces de captar la mayor cantidad de luz solar y convertirla en energía para la fotosíntesis. Le dan sombra y protegen a las capas inferiores. En esta capa, se pueden plantar especies maderables y frutales como mango, guayaba, aguacate, acacias, entre otros.

Los árboles más pequeños por lo general crecen y producen rápidamente y tienen ciclos de vida que van de corto a largo en algunas especies. En esta capa se ubican los duraznos, ciruelos y aunque no se consideran árboles los plátanos entre otros. También hay muchos árboles y plantas de apoyo, incluso ciertas plantas que no se consideran árboles como los bambúes gigantes

 

Capa media: La capa media está compuesta por árboles más pequeños y arbustos que llegan a medir hasta 4 metros, pueden ser perennes o deciduos. Generalmente son son plantas leñosas que crecen con múltiples tallos desde la base. Además hay ciertos árboles que fácilmente se pueden manejar como arbustos a través de la poda. Pueden ser frutales como el mamey, las moreras, nogales, arbustos de bayas, árboles de café entre otros. Estos árboles y arbustos ayudan a crear sombra y protegen a las plantas más bajas. 


Capa de enredaderas: Esta capa está compuesta por plantas trepadoras que pueden ser plantas leñosas o herbáceas. Como uvas, kiwis y otras enredaderas de frutas. Estas plantas se sostienen en los árboles y arbustos más altos y pueden agregar una gran cantidad de producción de alimentos en una cantidad limitada de espacio. Generalmente se incorporan en una etapa más avanzada del bosque comestible


Capa de herbáceas: Estas plantas en su mayoría son perennes,  son plantas no leñosas que pueden llegar a crecer hasta 2 m en general cuando florece y en algunas oportunidades superan esta altura. Aquí se encuentran la mayoría de hierbas medicinales y otras plantas de apoyo o funcionales, es lo que le da el verde al ecosistema.

Esta capa herbácea, se compone de plantas más pequeñas, rastreras como por ejemplo fresa, zarzaparrilla, manzanilla, frijol, ortiga y otras plantas similares. Así como por plantas perennes como la menta, el romero, la salvia, la lavanda y otras hierbas. Además, se pueden incluir plantas como espárragos, ruibarbo y alcachofas. 

Capa de raíces y rizomas: Esta capa está formada por plantas que tienen raíces profundas tubérculos tuberosos y rizomas que crecen bajo tierra y ayudan a mejorar la estructura del suelo, atraer nutrientes y retener agua. Algunas de las plantas que se incluyen en esta capa son la curcuma, yuca, gemgibre, malanga o ocumo chino, papas, entre otros. 

Capa de cubresuelos: Esta capa está compuesta por plantas de bajo crecimiento que cubren el suelo, como los tréboles, la alfalfa y otras leguminosas. Estas plantas fijan el nitrógeno atmosférico en el suelo, mejorando su estructura y fertilidad. Es la capa del suelo, donde se ubican los hongos, bacterias, abonos vegetales y otras formas de vida que alimentan y nutren el suelo y la biodiversidad.


Cada capa completa diferentes funciones y proporciona diferentes beneficios, como podrían ser alimentos, madera, fibra, proteger y mejorar la calidad del suelo, mejorar la biodiversidad y atraer a polinizadores. Todo esto forma parte de la planificación integral del bosque de alimentos que busca optimizar las relaciones naturales entre las plantas y el ecosistema.

Manejo del agua 

El manejo del agua en un bosque de alimentos es clave para asegurar su supervivencia y productividad. Para ello, se deben implementar técnicas de captación, almacenamiento y un uso eficiente del agua.


El uso eficiente del agua permite maximizar su aprovechamiento. Se pueden implementar técnicas de riego por goteo, cobertura del suelo, y en general técnicas que permitan optimizar su uso y disminuir las pérdidas por evaporación y escorrentía.


Es importante considerar que el manejo del agua en el bosque de alimentos debe ser holístico y contemplar las necesidades de todas las capas vegetales y de la biodiversidad que habita en el ecosistema. 

También es importante monitorear la calidad del agua y asegurarse de que no se esté contaminando y dañando el ecosistema con su uso.

Algunas consideraciones sobre el manejo del agua en un bosque de alimentos:

Identificar las fuentes de agua disponibles: Antes de implementar cualquier técnica, es importante identificar las fuentes de agua disponibles en la zona del bosque de alimentos, como ríos, arroyos, pozos, lluvia, entre otros.


Captación de agua de lluvia: La captación del agua se puede realizar mediante diferentes técnicas, como la construcción de bordes y zanjas de infiltración, la recolección de agua de lluvia en techos y superficies impermeabilizadas, así como la creación de lagunas para la captación de agua, para su uso posterior.


Almacenamiento del agua: Una vez que se ha captado el agua, es importante almacenarla adecuadamente para su uso futuro. Esto puede hacerse mediante la creación de lagunas, tanques y otros recipientes que mantengan el agua limpia y segura.


Uso eficiente del agua: Actualmente existen técnicas para asegurar el uso eficiente del agua, como el riego por goteo o la utilización de cobertura de las plantas, lo que permite mantener una humedad adecuada en el suelo.


Administración adecuada del agua: Es importante monitorear frecuentemente la cantidad y calidad del agua disponible para asegurar que se está administrando adecuadamente. Se deben considerar factores como la temporada, la cantidad de lluvia y la evapotranspiración.


En general, el manejo del agua en un bosque de alimentos es importante para asegurar la sobrevivencia y productividad a largo plazo. 

La captación, almacenamiento y uso eficiente del agua son fundamentales para adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes y asegurar la cantidad y calidad de agua necesaria para el crecimiento óptimo de las plantas .

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